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Cambiar el nombre de la empresa es un mal síntoma
Posted: 07 Aug 2007 02:14 AM GMT-06:00
Es algo que intuitivamente podíamos imaginar
¿por qué razón si no habría una empresa de cambiarse el nombre? Algo querrán dejar atrás
ahora tenemos un estudio que lo confirma. Vía Freakonomics llego a este estudio de los profesores Panagiotis Andrikopoulos, Arief Daynes y Paraskevas Pagas que viene a demostrar una correlación bastante fuerte entre el cambio de nombre de una compañía y una mala evolución de su cotización bursátil.
El estudio está realizado sobre 803 cambios de nombre identificados entre 1987 y 2002 en el mercado británico, y concluye que el cambio de nombre refleja una información que, trasladada a los mercados, es interpretada por éstos de forma negativa.
Aunque lo que yo imagino es que la relación de causalidad no es directa: la gente no percibe como negativo el cambio de nombre y por eso vende acciones, sino que lo más probable es que una empresa con problemas decida cambiar el nombre y además vaya mal en bolsa. Es decir, que cambio de nombre y evolución bursátil sean ámbos efectos de una misma causa: la mala situación de la empresa.
Más información | Estudio completo
McLaren Mercedes, Alonso y Hamilton: Los patrocinadores de los nervios.
Posted: 07 Aug 2007 12:56 PM GMT-06:00
Qué bonito es lo de ser sponsor, o patrocinador, de un deportista famoso cuando este gana. Que fácil (que no barato) consigue la empresa notoriedad y reconocimiento. Y que inmanejable se vuelve esto en ocasiones. Había alguien que decía que lo peor que te puede pasar en una inversión publicitaria de este tipo no es que pases desapercibido. Lo peor es que te genere publicidad negativa. Y en el duelo Alonso-Hamilton se puede llegar a producir.
Como los hechos deportivos son suficientemente conocidos, pasemos a los empresariales. Hamilton se ha convertido en la nueva esperanza ¿blanca? de los mercados anglosajones: Joven, atractivo, hábil con los medios, insultantemente ganador, british,...Un producto de marketing ideal en uno de los deportes que mejor se mueve en estos terrenos. Alonso pertenece a un país con mucha menor influencia, en los mercados y en ese deporte, joven aunque hosco y reservado. La relación con los medios no es su fuerte, y menos cuando se le cuestiona dentro de su equipo.
El caso es que ambos han atraído patrocinadores destacados a la escudería, que han soltado mucho mucho dinero por lucir en los monos y en los bólidos. El Banco Santander se ha metido de hoz y coz, buscando un doble efecto: asociar su imagen a la de Fernando ante el público español, su mercado de referencia, e introducirse en el mercado británico, potenciando su marca tras la adquisición de Abbey. Vodafone, marca británica, juega algo similar: Se asocia al nuevo fenómeno inglés y de paso se ganaba las simpatías del mercado hispano.
El problema es que estas estrategias empiezan a resultar inconciliables. Desde el momento en que se ha declarado la guerra civil en McLaren, la fuerte inversión publicitaria de estas firmas, así como las de Mutua Madrileña o Mobil, se ven sujetas a una serie de problemas:
Yo lo tengo claro. Si fuese fan de Alonso, en vez de llorar en los foros de internet, bombardearía a mails los correos electrónicos de Banco Santander,de Mutua Madrileña, y de Vodafone España exigiendo que hagan valer su compromiso financiero.
Hay patrocinios que los carga el diablo.
EL LÍDER DE UNA GRAN EMPRESA TAMBIÉN CONSTITUYE UNA MARCA |
Tradicionalmente, la misión principal de la publicidad ha sido crear al producto que anuncia una buena imagen de marca. El problema es que, hoy día, que una marca tenga una buena imagen no sólo depende del producto en sí, sino de todas las circunstancias que lo rodeen, incluido el líder de la empresa a la que la marca pertenece, tal y como informa La gaceta de los negocios.
Y es que la imagen que tiene el líder de una gran empresa para su público influye de manera casi definitiva en la imagen que se tiene de la empresa. Jaime Pereira, antiguo director de recursos humanos de Sanitas y colaborador del Instituto de Liderazgo, explica que "la marca del líder y la marca de la compañía deben ir de la mano, pues la primera debe ser el fiel reflejo de la segunda" aunque muchas veces se olvide la necesaria promoción del líder de la empresa a favor de la de la compañía en sí.
La imagen de marca del líder de una empresa importante, lo que se llama Personal Branding, cada vez es más importante y consiste en resaltar las cualidades físicas o personales que tiene el ejecutivo en cuestión y obviar sus características menos relevantes.
Como se hace con los productos, el líder debe tener un buen envoltorio, o packaging, construido a partir de "su forma de hablar, sus gestos, el vestido, la fotografía y la conversación", comenta Pereira. De hecho, en el 90% de la comunicación que un líder ofrece es no verbal, así que hay que cuidar especialmente estos aspectos. El secreto entonces es "tener un packaging elegante que conecte con la gente".
¿Cómo se puede entonces conseguir un líder que tenga una buena imagen para su público? Según el gurú de capital humano Dave Ulrich, hay que hallar "la congruencia entre el directivo y el producto", congruencia que se logra haciendo que el directivo piense "en aquello por lo que es bien conocido por sus mejores clientes, además de encontrar las cualidades de liderazgo que se alinean con ello y formar al personal para amular esas competencias. En cuanto esto se consiga "pasará a ser una gran ventaja competitiva", finaliza Ulrich.