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martes, marzo 21, 2006

La escasez de agua dulce

 

           

  28 de febrero de 2006

           

           

 

La escasez de agua dulce  

Los ríos, lagos, humedales y arroyos son las principales fuentes de agua dulce. La población a través del tiempo se ha establecido cerca de éstos debido a su gran importancia vital. Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el ser humano hoy en día es la idea de la escasez de agua, y de que algún día este recurso se acabe, puesto que los suministros de agua son limitados (el 3% del agua del planeta es dulce), y la contaminación es una amenaza constante.

Según cifras difundidas por el proyecto INFO de la Universidad Johns Hopkins, desde 1940 la extracción mundial de agua por año ha aumentado en promedio entre 2,5% y 3%, en comparación con un crecimiento anual de la población de 1,5% a 2%. En el decenio pasado la extracción de agua en los países en desarrollo ha estado aumentando a razón de 4% a 8% por año.

A medida que crece la población, aumenta el número de países que confrontan condiciones de escasez de agua. Se dice que un país experimenta tensión hídrica cuando el suministro anual de agua desciende a menos de 1.700 metros cúbicos por persona. Cuando desciende a niveles de 1.700 a 1.000 metros cúbicos por persona, pueden preverse situaciones de escasez periódica o limitada de agua. Cuando los suministros anuales de agua bajan a menos de 1.000 metros cúbicos por persona, el país enfrenta escasez de agua. Una vez que un país experimenta esa situación, puede esperar una escasez crónica que amenace la producción de alimentos, obstaculice el desarrollo económico y dañe los ecosistemas. Según INFO, hay 50 países que ya enfrentan escasez de agua; algunos de ellos son Irak, Angola, Costa de Marfil, Egipto, Somalia, Madagascar, Jordania, Afganistán, Túnez y Kuwait.

Si la cantidad de habitantes del mundo sigue aumentando (ya que se estima que pasaremos de ser 6.000 millones a 8.900 millones para 2050), queda claro que se necesitará más agua para alimentarla. El incremento en la demanda de agua dulce a nivel mundial también se debe al aumento del desarrollo tecnológico, (compañías dedicadas a este rubro muchas veces cuentan con suministros singulares e independientes de agua), la urbanización masiva y los altos niveles de vida (un kilo de carne de una vaca que se alimenta con granos necesita al menos 15 metros cúbicos de agua mientras que un kilo de cereales necesita sólo tres metros cúbicos).

Incluso el calentamiento global puede ser apuntado como una causa de escasez. Las sequías y la progresiva falta de lluvias en distintas zonas del planeta, especialmente en Africa subsahariana, están haciendo que los ríos de régimen pluvial disminuyan sus caudales, que lagos, lagunas y embalses disminuyan sus niveles y que a la larga se arruinen los suelos destinados a cultivos. Esto es especialmente grave para poblaciones que ven en la lluvia su principal fuente de agua dulce. Y, al revés, abundantes precipitaciones en zonas no preparadas para ello, además de causar inundaciones, hacen que toda esa agua caída no pueda ser aprovechada. A eso podemos agregar que el aumento en la temperatura del planeta está provocando el derretimiento de glaciares y hielos, que concentran el 70% del agua dulce del planeta.

 

Otra arista del problema toca el progresivo deterioro de la calidad del agua dulce y en la falta de fondos de inversión para proveer a las poblaciones de fuentes permanentes de agua potable, un tema que a ojos de los especialistas se ha descuidado mucho y cuyas magnitudes no son conocidas en algunos países.

 

Donde más se ve este factor es en el sector de la agricultura, pues el 69% del agua que se utiliza en la actualidad en el mundo está destinada a ella. El 23% lo utiliza la industria y el 8% restante va hacia el uso doméstico. El problema se halla en que los productos químicos que se usan como fertilizantes llegan hasta las aguas subterráneas, también llamadas freáticas. Éstas aguas son de vital importancia porque son una fuente de agua para beber y para el riego agrícola. Sin embargo, es fácil de agotar o contaminar porque se renueva muy lentamente. Cuando el agua freática llega a contaminarse no puede depurarse por sí misma, como el agua superficial tiende a hacerlo, debido a que los flujos de agua freática son lentos. Estas aguas subterráneas se encuentran sólo a escasos metros del suelo, por lo tanto, cuando en una plantación se aplican fertilizantes, éstos toman poco tiempo en llegar hasta las fuentes. Lo mismo sucede en el caso de la basura. Los líquidos tóxicos que emanan de la basura debido a su descomposición llegan hasta las napas subterráneas. Aunque toma más tiempo que los fertilizantes, el daño es el mismo.

 

Además, estas aguas subterráneas están adoleciendo de una baja velocidad de renovación. Aunque parezca extraño, el crecimiento de las zonas urbanas afecta a las provisiones de agua dulce, y no sólo por el crecimiento de la población. Cuando llueve, el suelo pavimentado impide la absorción del agua y que así llegue a las napas subterráneas. Ese líquido se estanca o se acumula en lugares poco aptos donde, en el peor de los casos, puede contaminarse. La pavimentación es también una causa de las inundaciones tras lluvias muy intensas, como ocurre en Santiago.

 

La situación en Chile

 

Según la Dirección General de Aguas, la disponibilidad de agua desde el Norte del país hasta la Región Metropolitana es de menos de 1.000 m3 por habitante al año, lo que se considera bajo de acuerdo a estándares internacionales. Desde la VI a la IX Región la disponibilidad crece a entre 6.000 y 30.000 m3, lo que se considera holgado, y desde la X Región al sur la provisión es de más de 100.000 m3.

Ver más en bcn.cl . Saludos Rodrigo González Fernández, agriculturablogger.blogspot.com

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