Inteligencia emocional
Una de las grandes prácticas que existe en todas las tradiciones espirituales es la de aprender a estimular la mente de manera positiva. La visualización y las afirmaciones son métodos poderosos para poder cambiar los esquemas de pensamiento.
No hay necesidad de sufrir más y si pruebas a entenderte puedes convertir las emociones haciéndote testigo de ellas. Para ello ayuda mucho el escribirlas en un pequeño diario o cuadernillo. Requiere un pequeño esfuerzo por tu parte, pero poco a poco, podrás observarte a ti mismo en acción como si fueras el personaje de una película. Te darás cuenta por ejemplo de lo que te irrita, de si evitas a determinadas personas, de lo que te preocupa, etc. y te proporcionará una información valiosa, la que necesitas para cambiar.
Otra de las prácticas para reforzar el pensamiento positivo es aprender a pensar lo contrario. Se puede acostumbrar a tu mente a los opuestos y sustituir los pensamientos negativos por otros. Observa tu carácter y toma un rasgo negativo, luego piensa en su opuesto. Si por ejemplo te alteras con facilidad, el opuesto a tu irritabilidad es la paciencia.Cada mañana te sentarás a una hora determinada unos 10 minutos y pensarás en la paciencia; en su valor, en su práctica en condiciones adversas o provocadoras, pensando a ritmo constante y recordando los incidentes que requirieron de tu paciencia, haciendo regresar a tu mente cuando intente desviarse hacia ti de forma paciente. Puede que durante unos cuantos días no notes ningún cambio perceptible pero si continuas practicando cada mañana, muy pronto, cuando se manifieste la irritabilidad un pensamiento nuevo nacerá en tu mente "debería haber sido más paciente". El impulso de irritabilidad se irá debilitando y la paciencia se convertirá en nuestra respuesta normal hacia el enfado. Podemos usar este método para desarrollar otras emociones como el autocontrol, la humildad, la nobleza o la benevolencia.
Supón que quieres ser más valiente en un determinado asunto. Cuando estés conduciendo, caminando, limpiando, esperando el autobús, etc. afirma: "soy valiente, tengo una voluntad fuerte", sólo durante unos minutos pero profundamente concentrado en ello...
Visualízate como alguien valiente justo antes de una situación que te haga sentir ansioso, verás como el miedo a medida que lo haces, se va disipando.
Y para finalizar no pienses que los fallos son siempre algo negativo. Un niño pequeño cae miles de veces antes de aprender a caminar, pero no abandona hasta que consigue su objetivo.
CONSULTEN, ESCRIBAN OPINEN LIBREMENTE
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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