Simpatía frente a ideas para "seducir" a indecisos
Entre un 15% y un 20% de los votantes elige a su candidato en campaña
SELINA OTERO Ya no basta con "persuadir y convencer". En el siglo XXI hay que "seducir" a los indecisos. La campaña electoral sigue siendo "crucial" para acceder a los tronos de las alcaldías: entre un 15% y un 20% de los votantes espera a esta recta final para elegir candidato. Expertos en Marketing Político, Relaciones Públicas y Comunicación Electoral coinciden en que es más importante "la simpatía, la cordialidad y la complicidad" que la presentación de proyectos e ideas políticas. Porque la mente de los votantes lo olvida. Prefiere imágenes y gestos. En su lugar, "originalidad, un poco de espectáculo y, sobre todo, no meter la pata porque, si esto ocurre, desbancaría todos los logros anteriores". En definitiva: sembrar un recuerdo positivo para movilizar a los votantes "prospectivos".
¿Cómo han cambiado las campañas electorales municipales? "Son más caras y sofisticadas, se invierte más dinero y los canales se multiplican", argumentan los expertos en publicidad. Las vallas siguen formando parte del "paisaje electoral", buscando "impresionar"; los mítines están pensados para salir en los medios de comunicación y "para que militantes y simpatizantes jaleen a sus líderes" y las redes sociales todavía son "un complemento". Profesores y publicistas coinciden en que los candidatos "aún no controlan su manejo ni sus posibilidades".
"Los candidatos siguen siendo los mismos, con sus virtudes y sus defectos, pero su presentación ante los electores ha cambiado de manera sustancial. Los votantes compran un producto político que cumpla sus expectativas; el compromiso ideológico tiene su importancia, pero ha pasado a un segundo plano. La fidelidad de los electores se ha hecho voluble y el utilitarismo orienta cada vez más la opción de voto", argumenta Alberto Pena, profesor de Técnica de Propaganda Política en el Campus de Pontevedra, quien añade que las campañas "refuerzan" la imagen de los candidatos pero "no la definen".
Para este experto en Historia de la Propaganda, los votantes "no racionalizan los mensajes; sus interpretaciones son emocionales". "Se trata de recordar ideas clave y simplificar al máximo las propuestas. Los electores no invierten su tiempo en comparar los programas electorales; comparan las diferentes formas de hacer propaganda. Por esta razón la campaña tiene mucho de espectáculo. Cuestión de llamar la atención", añade Pena. Simpatía, cercanía y generar confianza son conceptos que persiguen los candidatos a la alcaldía de Vigo, tanto Abel Caballero (PSdeG), como Corina Porro (PPdeG), Santiago Domínguez (BNG), Pedro Larrauri (UPyD) o Rubén Pérez (IU). Es que la forma "determina más que el fondo".
Según José Rúas, profesor de Comunicación de la Universidad de Vigo y autor del Manual del candidato electoral, "un 15% del electorado parece poco, pero en la práctica resulta decisivo, sobre todo en Galicia, donde que gobierne la izquierda o la derecha es cuestión de un escaño". Comenta Rúas que en la recta final "lo importante, más que hacerlo bien, es no meter la pata; no hacer nada que pueda echar por tierra a un partido o candidato". Consejos: intuición, capacidad de reacción y valorar riesgos.
Para este experto en campañas, "existe una creciente influencia de las campañas negativas: son más recordadas que las positivas". "Pocas ideas y bien repetidas es la base. Y sobre todo, prioridades, porque la mente es selectiva y en campaña hay una gran saturación de mensajes. Las propias encuestas de los partidos dicen que los votantes tienen problemas para identificar las medidas programáticas. A lo largo de la historia se ganaron elecciones con una simple palabra: paz, amor, esperanza o cambio", añade Rúas. Para el profesor, los mítines, hoy en día, "se hacen para refuerzo de los propios militantes y simpatizantes del partido y para los medios". "Las vallas tienen la capacidad de impresionar y las redes sociales hay que saber aprovecharlas. No vale con crear una web, blog o cuenta de Facebook un mes antes de las elecciones", concluye.
¿Cómo han cambiado las campañas electorales municipales? "Son más caras y sofisticadas, se invierte más dinero y los canales se multiplican", argumentan los expertos en publicidad. Las vallas siguen formando parte del "paisaje electoral", buscando "impresionar"; los mítines están pensados para salir en los medios de comunicación y "para que militantes y simpatizantes jaleen a sus líderes" y las redes sociales todavía son "un complemento". Profesores y publicistas coinciden en que los candidatos "aún no controlan su manejo ni sus posibilidades".
"Los candidatos siguen siendo los mismos, con sus virtudes y sus defectos, pero su presentación ante los electores ha cambiado de manera sustancial. Los votantes compran un producto político que cumpla sus expectativas; el compromiso ideológico tiene su importancia, pero ha pasado a un segundo plano. La fidelidad de los electores se ha hecho voluble y el utilitarismo orienta cada vez más la opción de voto", argumenta Alberto Pena, profesor de Técnica de Propaganda Política en el Campus de Pontevedra, quien añade que las campañas "refuerzan" la imagen de los candidatos pero "no la definen".
Para este experto en Historia de la Propaganda, los votantes "no racionalizan los mensajes; sus interpretaciones son emocionales". "Se trata de recordar ideas clave y simplificar al máximo las propuestas. Los electores no invierten su tiempo en comparar los programas electorales; comparan las diferentes formas de hacer propaganda. Por esta razón la campaña tiene mucho de espectáculo. Cuestión de llamar la atención", añade Pena. Simpatía, cercanía y generar confianza son conceptos que persiguen los candidatos a la alcaldía de Vigo, tanto Abel Caballero (PSdeG), como Corina Porro (PPdeG), Santiago Domínguez (BNG), Pedro Larrauri (UPyD) o Rubén Pérez (IU). Es que la forma "determina más que el fondo".
Según José Rúas, profesor de Comunicación de la Universidad de Vigo y autor del Manual del candidato electoral, "un 15% del electorado parece poco, pero en la práctica resulta decisivo, sobre todo en Galicia, donde que gobierne la izquierda o la derecha es cuestión de un escaño". Comenta Rúas que en la recta final "lo importante, más que hacerlo bien, es no meter la pata; no hacer nada que pueda echar por tierra a un partido o candidato". Consejos: intuición, capacidad de reacción y valorar riesgos.
Para este experto en campañas, "existe una creciente influencia de las campañas negativas: son más recordadas que las positivas". "Pocas ideas y bien repetidas es la base. Y sobre todo, prioridades, porque la mente es selectiva y en campaña hay una gran saturación de mensajes. Las propias encuestas de los partidos dicen que los votantes tienen problemas para identificar las medidas programáticas. A lo largo de la historia se ganaron elecciones con una simple palabra: paz, amor, esperanza o cambio", añade Rúas. Para el profesor, los mítines, hoy en día, "se hacen para refuerzo de los propios militantes y simpatizantes del partido y para los medios". "Las vallas tienen la capacidad de impresionar y las redes sociales hay que saber aprovecharlas. No vale con crear una web, blog o cuenta de Facebook un mes antes de las elecciones", concluye.
Fuente:
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
SaludosRodrigo González FernándezDiplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
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